
En el mundo de los negocios, en algún momento, muchas empresas atraviesan situaciones, en que las ventas bajan, los pagos se retrasan y los pasivos se acumulan. Inevitablemente, un día, llega la pregunta: ¿debo cerrar mi empresa o aún hay una salida? La organización enfrenta una encrucijada legal que puede definir su futuro: optar por la reorganización concursal o iniciar una liquidación (quiebra).
Ambos procedimientos están regulados por la Ley N° 20.720, también conocida como la Ley de Reorganización y Liquidación de Empresas y Personas, que si bien comparten fundamentos legales, responden a realidades completamente distintas. Mientras una busca reestructurar deudas para evitar el cierre, la otra ordena el término definitivo del negocio.
¿Qué es la reorganización concursal?
La reorganización concursal es un procedimiento judicial que busca reordenar las deudas de una empresa viable, con el fin de evitar su cierre definitivo. Es ideal para empresas que, aunque están sobre endeudadas, aún tienen activos valiosos, clientes fieles o flujo proyectado.
La reorganización se tramita ante un tribunal civil con la participación de un veedor concursal, quien verifica los activos, pasivos y condiciones operativas de la empresa. El objetivo es llegar a un acuerdo con los acreedores para que la empresa pueda seguir funcionando.
Durante el proceso, se suspenden los juicios ejecutivos, embargos y medidas precautorias, lo cual gana tiempo para negociar sin presión. Además, la empresa sigue bajo el control de su administración habitual, siempre que cumpla con el plan aprobado.
¿Y qué implica declararse en quiebra (liquidación)?
Por otro lado, la liquidación concursal (declararse en quiebra), es un procedimiento que tiene por objetivo cerrar ordenadamente una empresa insolvente, vendiendo sus bienes para pagar a los acreedores según un orden legal de prelación. Esta opción es adecuada cuando la empresa ya no puede operar, no genera ingresos o no tiene posibilidades reales de recuperar liquidez.
Una vez decretada la liquidación, se designa a un liquidador concursal que toma control total de la sociedad. Se termina la actividad comercial, se rematan los activos y se distribuyen los fondos obtenidos entre los acreedores. También pueden extenderse responsabilidades a socios, directores o administradores si se comprueba que hubo conductas dolosas o negligentes, lo cual convierte este camino en un riesgo importante si no se maneja con asesoría profesional.
Diferencias clave entre Reorganización Concursal y Liquidación
Aunque ambos procedimientos están contemplados en la misma ley, sus efectos y objetivos son radicalmente distintos. La reorganización busca salvar, la liquidación ejecuta el cierre. Aquí algunas diferencias esenciales:
- La reorganización permite mantener operaciones y conservar empleados. La liquidación implica el término definitivo de actividades.
- En la reorganización, los acreedores pueden negociar condiciones más favorables. En la liquidación, deben aceptar el pago que resulte de la venta de activos.
- La reorganización protege temporalmente de embargos. La liquidación puede implicar embargos masivos e inmediatos.
- La reorganización requiere viabilidad operativa futura. La liquidación se usa cuando ya no hay margen de maniobra.
Comparativa: Reorganización Concursal vs. Liquidación en Chile
Aspecto | Reorganización Concursal | Liquidación (Quiebra) |
Objetivo | Reestructurar deudas para continuar operando | Cierre definitivo y pago ordenado a acreedores |
¿La empresa sigue operando? | Sí, bajo su administración actual | No, la empresa cesa sus operaciones |
Intervención del tribunal | Sí, con participación de un veedor | Sí, con nombramiento de un liquidador |
Suspensión de embargos | Sí, durante el procedimiento | No, los acreedores pueden ejecutar embargos |
Negociación con acreedores | Obligatoria, con plan de reorganización | No hay negociación, se liquida el patrimonio |
Riesgo para el representante legal | Bajo, si se actúa de buena fe y con asesoría | Alto si se detecta dolo, fraude o negligencia grave |
Duración aproximada | Entre 3 y 12 meses, según la complejidad | De 6 a 18 meses, dependiendo del número de activos |
Resultado final | Continuidad del negocio con nueva estructura de pagos | Término de la empresa y distribución de activos |
Ventajas | Protege empleo, reputación y continuidad operativa | Permite cerrar con orden y limitar el pasivo acumulado |
Desventajas | Requiere viabilidad futura y consenso con acreedores | Afecta reputación, implica cesación y remate de bienes |
¿Qué conviene más a tu empresa?
Esta pregunta no tiene una respuesta única. Pero hay señales claras para evaluar el mejor camino:
- Si tu empresa tiene ventas, contratos vigentes, activos productivos y un modelo que funciona, pero enfrenta deudas impagables por eventos específicos (como la pandemia, la inflación o una crisis sectorial), la reorganización es la mejor opción.
- Si ya no hay operaciones, los activos son mínimos, las deudas son impagables y no hay interés de terceros en comprar o invertir, entonces la liquidación ordenada puede ser la salida menos dañina.
También es importante considerar el impacto en la reputación: una reorganización bien gestionada puede incluso mejorar la imagen de la empresa como un actor resiliente. En cambio, una quiebra puede cerrar puertas con proveedores, clientes e instituciones financieras.
¿Cómo se inicia uno u otro proceso?
Tanto la reorganización como la liquidación deben ser solicitadas ante el Tribunal Civil competente, según el domicilio de la empresa. La solicitud debe incluir antecedentes contables, lista de activos y pasivos, contratos, estados financieros y otros documentos relevantes. En ambos casos, el rol del abogado es fundamental para presentar una estrategia sólida, evitar errores de forma y proteger la responsabilidad de los socios o administradores.
En Becker Abogados, realizamos un diagnóstico legal y financiero completo, evaluamos el nivel de exposición personal de socios o representantes legales y diseñamos una estrategia adecuada a cada situación. Nuestro objetivo es siempre proteger el negocio y a quienes lo lideran.
Elegir bien el camino es proteger tu negocio (y tu tranquilidad)
Estar en crisis no significa estar acabado. La diferencia entre una decisión adecuada y un error costoso está en conocer bien las implicancias de cada vía y actuar estratégicamente. Por ejemplo, forzar una reorganización sin capacidad operativa real puede terminar en liquidación forzosa. Por el contrario, renunciar anticipadamente a una reestructuración puede implicar perder la oportunidad de recuperar el negocio y proteger empleos y activos.
Muchas empresas exitosas han pasado por procesos de reestructuración. Lo importante es actuar a tiempo y con respaldo legal especializado, entendiendo que cada decisión en este punto puede marcar el futuro de tu empresa, de tus empleados y de tus activos personales.
La importancia de asesorarte antes de actuar
En Becker Abogados, sabemos que elegir mal puede costarte el negocio, la reputación o incluso tu patrimonio personal, especialmente si eres representante legal o aval. Por esta razón, guiamos a empresas que atraviesan crisis financieras complejas, ayudándolas a elegir la vía legal que mejor se adapta a su situación.
Te acompañamos desde el análisis financiero-legal previo, la presentación judicial, la negociación con acreedores y, si corresponde, la elaboración del acuerdo de reorganización validado por el tribunal. En resumen, te ayudamos a evaluar con claridad, proteger tu patrimonio y retomar el control financiero de tu empresa.
Contáctanos aquí y recibe asesoría personalizada sobre reorganización o liquidación concursal.